De electrocutados a deportados: los realities más polémicos del mundo


Mientras en el Perú los retos de “Canta si puedes” generan asombro y críticas, en el mundo, formatos de lo más descabellados se ganan el título de los más polémicos.

Señor televidente, si usted es de aquellos que se escandaliza con los retos de “Canta si puedes” , si es de los que no soporta los dimes y diretes de los concursantes de “El gran show” o si creyó haberlo visto todo en aquella nefasta incursión de Laura Bozzo en los bloques de concursos, preste atención, pues a continuación le demostraremos que está equivocado, que sí se puede llegar a ser más polémico: en señales alejadas a la antena nacional, hombres de televisión hacen derroche de macabra imaginación y presentan los que son calificados como los realities más controvertidos del mundo. Tome nota y rece para que a nadie se le ocurra comprar estos formatos.

INSOPORTABLEMENTE SOLO
En el año 2006, Fox Reality Channel presentó “Solitary” , un programa de televisión que podría herir la susceptibilidad del más rudo. En este show, nueve participantes eran encerrados absolutamente solos durante doce días en pequeños cubículos mientras eran grabados las 24 horas del día por una cámara. A la vez, una voz en off les hacía más complicada la existencia poniéndoles pruebas de lo más descabelladas: los retos iban de la autoflagelación hasta la ingesta de comida en mal estado. ¿Cuál era el premio? La suma de cincuenta mil dólares y una inevitable y necesaria visita al psicólogo.

TODO POR UN RIÑÓN
Holanda fue el centro de atención en el 2007 con el lanzamiento de “De Grote Donorshow” , en español: “El show del donante”. El programa consistía en escoger, a través de retos, mensajes de texto y votos del público, quién de los tres pacientes a la espera de una donación que participaban del espacio “merecía” (por su situación familiar, económica o personal) quedarse con el riñón que ofrecía una donante de 37 años de edad. Evidentemente, el programa fue blanco de las más severas críticas durante el tiempo que duró su emisión, hasta que en el último episodio se reveló que todo había sido una farsa para fomentar las donaciones. Una estrategia tan cruel como el mismo reality.

SOY ADICTO
La ciudad de Nueva York fue testigo del nacimiento de “Intervention”, un programa en el que los participantes debían cumplir con un requisito imprescindible: ser adictos. En el reality, los participantes creían ser filmados para un documental sobre adicciones, pero en realidad sus adicciones eran emitidas en toda América con la autorización previa de sus familiares y a cambio de la ansiada rehabilitación de sus hijos. Este programa se hizo ganador de varios premios Emmy, pero no por ello quedó exento de críticas.

INMIGRANTES A PUNTO DE SER DEPORTADOS
Nuevamente en Holanda, y esta vez con la participación del Estado, apareció en pantalla el reality “Salir de Holanda”, una competencia en donde cinco personas que de todas formas serían expulsadas del país podían llevarse en sus maletas un premio único de cuatro mil euros si demostraban saber mucho sobre la cultura holandesa. En defensa del programa, el productor aseguró que se trataba de una manera de llamar la atención sobre el problema de los inmigrantes de una manera “agradable”.

EL SHOW DE LOS DISCAPACITADOS
Un ciego, una sorda, un parapléjico, una enana y otros participantes con malformaciones congénitas fueron los protagonistas de Cast Off (Desechos), un reality rodado en una isla desierta donde los competidores debían sobrevivir más allá de sus imposibilidades físicas. La excusa de los creadores de este espacio por de más polémico fue similar a la del gobierno holandés: “El programa es una revolución. Muchos dirán al verlo: ‘Oh, Dios mío, no sabía que personas con discapacidad podían hacer esto’”.

ADIVINA LA RESPUESTA O TE ELECTROCUTO
Y cerramos este recuento con “El juego de la muerte” , un reality francés imaginado por el documentalista Christophe Nick que consistía en hombres aplicando descargas eléctricas a participantes que respondían cuestionarios de cultura general. Cada vez que el concursante daba una respuesta incorrecta, el público gritaba “castigo” y entonces el interrogado era sometido a una descarga eléctrica que iba en aumento de 80 a 460 voltios. Pero, calma, querido televidente, no se indigne, que, finalmente, se reveló que este programa fue documentado solamente para averiguar hasta qué extremo podía llegar una persona por ganar un concurso en televisión. Ninguna persona fue realmente electrocutada; aunque aquellos concursantes creían que, en efecto, todo estaba pasando en la vida real.